Despliegue de 5G y efectos en pueblos y ciudades

5G
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Mucho se habla de 5G. Las siglas (quinta generación de telefonía móvil) evocan la Cuarta Revolución Industrial (Foro Económico Mundial, Klaus Schwab); velocidades de vértigo en Internet; posibilitador de las otras tecnologías digitales como Internet de las Cosas, Big Data e, incluso, la Inteligencia Artificial. Poco se ha hablado de las consecuencias del despliegue de la futura red 5G en los pueblos y ciudades…

Entre esas consecuencias se prevé que 5G proporcione un incremento sin precedentes de los dispositivos conectados, de los volúmenes de transferencia de datos y las capacidades de gestión remota en tiempo real, revolucionando no solo el mundo de las telecomunicaciones móviles, sino la economía y la industria y servicios en general. 5G será tan revolucionaria que, como suele decir José María Álvarez-Pallete, presidente de Telefónica, el despliegue de 5G habrá de hacerse cuando convenga. Es decir, que 5G debería ser lanzada comercialmente cuando, por ejemplo, las redes estén preparadas para transportar esos impresionantes volúmenes de voz y datos. Y cuando empresas y personas estén preparadas para adoptar la nueva tecnología porque la necesitan y es asequible económicamente. Cuántas tecnologías de la información se han lanzado a mercados que no estaban preparados para adoptarlas. Dada la importancia de 5G, que supondrá inversiones impresionantes de dinero, la prudencia de Álvarez-Pallete es comprensible. Y es bueno que se hagan pruebas reales en ecosistemas bastante controlados para preparar posibles escenarios. Lo hace Telefónica en España, Reino Unido y Brasil, por ejemplo, también Verizon en Estados Unidos (la ciudad de Las Vegas está llena de sensores) o Huawei en China. Y hay empresas “posibilitadoras” de 5G, porque, como Cellnex Telecom, gestionan las infraestructuras de telecomunicaciones inalámbricas.

Uno de los escenarios que contempla este despliegue es el que será fruto de la implantación de 5G en ciudades y pueblos, lo que requerirá de nuevas infraestructuras de telecomunicaciones y de un proceso de adaptación en las ciudades y territorios rurales, así como el planteamiento de nuevos modelos de gestión. Ese escenario ha sido estudiado por el Instituto Cerdá (Institut Cerdà) en un reciente informe titulado “Estrategia y argumentación para la densificación y racionalización de las redes móviles 5G”. El estudio confronta los retos de la nueva tecnología con la visión de más de 30 categorías de agentes del ecosistema del 5G (empresas de telecomunicaciones y tecnológicas, ayuntamientos, fabricantes de teléfonos, empresas de conectividad, etc), abordando las incertidumbres más allá del ámbito tecnológico y centrándose en el encaje de la nueva red móvil en el territorio (= ciudad, pueblo). 

Las temáticas más importantes que aborda el estudio, compartido con el Colegio de Ingenieros de España son:

• La densificación de la red. El despliegue de la quinta red móvil (5G) prevé un aumento del número de antenas (llamadas small cells), especialmente en entornos urbanos densos. Se estima que, en España, se desplegarán entre 30.000 y 75.000 micro antenas (entre 200.000 y 500.000 en Europa). Y la compañía líder en Europa en este campo es española, de origen catalán y se llama Cellnex Telecom: es una empresa polifacética, en cuanto a los factores de su éxito empresarial: expansión rapidísima en toda Europa, tanto continental como en Reino Unido, con la compra de miles de torres; compañía del IBEX-35 que más valor ha proporcionado al accionista, con un crecimiento en el valor de la acción, desde 2015 hasta finales de 2019, de más del 60% de media anual; y, al mismo tiempo, caracterizada por “poner alma” en la tecnología, parafraseando al gran sociólogo español Antonio Vera Estrada, puesto que, según La Financière de l’Echiquier, Cellnex Telecom es una de las compañías top-five europeas líder en Responsabilidad Social Empresarial junto a Novo Nordisk, Michelin o Unilever, en parámetros poco conocidos por la población general (ESG, por sus siglas en inglés: Environment / Medio Ambiente; Social y Governance o Gobierno Corporativo), porque su negocio se desenvuelve en el llamado B2B (Business to Business), y no dirigido directamente a individuos o familias, aunque, en última instancia, tanto empresas como personas se vean beneficiadas por su actividad. La empresa se ha desenvuelto desde sus orígenes en el entorno de la Fundación Bancaria La Caixa -que tiene un porcentaje significativo del capital de Cellnex Telecom-, donde su presidente, Isidre Fainé tiene el empeño de que todos los negocios que “toca La Caixa” estén informados por criterios de responsabilidad social, acordes a la naturaleza de cada negocio. Igualmente, Cellnex Telecom destaca en FTSE Russell ESG Rating y FTSE4Good Index Series Status: de nuevo, medio ambiente, sociedad y gobierno corporativo.

• La definición de un modelo de despliegue que abogue por la compartición de la red (según este Informe, porque hay diversas opiniones al respecto). El grado de densificación será proporcional al modelo de despliegue adoptado. La apuesta por el despliegue de una red compartida -mediante acuerdo entre operadores o vía un operador neutro- permitirá una mayor extensión del despliegue y un uso más racional del espacio público.

• La necesaria racionalización, integración y mimetización de las nuevas antenas con el entorno, esenciales para paliar los impactos en la fisonomía de las ciudades y garantizar el servicio.

Según el Estudio del Instituto Cerdá, diez criterios deberían considerarse para el futuro despliegue de la tecnología 5G:

1. Racionalización en la ocupación del espacio público y privado. El despliegue provocará un cambio en la fisonomía de las ciudades para garantizar las funcionalidades del 5G. Resultará necesario minimizar los posibles impactos de los nuevos componentes del 5G, realizando una buena planificación, compartiendo infraestructuras y haciendo partícipes a todos los agentes implicados en el proceso. En este contexto, se deben garantizar las competencias de la administración local en la planificación e impulsar procedimientos ágiles y homogéneos de despliegue, que establezcan de manera clara los requerimientos técnicos, urbanísticos y ambientales.

 

2. Mejora de los servicios públicos y oportunidad para desarrollo de los territorios. Las mejoras de conectividad deben auspiciar la ya iniciada Cuarta revolución industrial y deben redundar en mejoras en la funcionalidad urbana, el medio ambiente y en el día a día de la ciudadanía. El 5G es una oportunidad para posicionar las ciudades como impulsadoras de la transformación digital. Es necesario que la administración continúe fomentando las inversiones por parte de los distintos actores del ecosistema y garantizar que el 5G será tractor de desarrollo para diversos sectores económicos usuarios.

3. Equilibrio territorial y apuesta por modelos de despliegue integrales y equitativos. Necesidad de desarrollar herramientas desde la administración en colaboración con el sector privado para asegurar la igualdad de los ciudadanos en el acceso a los servicios y la dinamización de los territorios con menor demanda (rurales y periurbanos). Combatir la brecha digital ya sea por razón territorial, social o cultural

4. Fomentar la coinversión y garantizar la libre competencia. Altos costes de inversión iniciales en infraestructura (una primera estimación de GSMA, asociación que agrupa las compañías de telecomunicaciones en todo el mundo, es de 500 mil millones de euros, casi la mitad del PIB español) asumidos por los operadores.

5. Compartición de red o infraestructura. El Estudio dice que la Administración debería plantearse pedir acuerdos de compartición como medio de eficiencia en la implantación territorial, la minimización de externalidades y la ubicuidad de cobertura. Los operadores neutros pueden ser los posibles líderes del modelo de gestión multi-operador, según el Informe.

6. Desarrollar los retos tecnológicos del 5G. El 5G es actualmente una tecnología pre-comercial. Su despliegue comenzará posiblemente en 2020, pero no se prevé alcanzar la madurez tecnológica hasta 2021 (Apple ha dicho que no lanzará sus teléfonos móviles 5G hasta 2024, pero Samsung y Huawei ya han lanzado smartphones 5G…). En los próximos años deberían ofrecerse respuestas a retos no resueltos (hándicaps de la compartición activa, forma de los dispositivos, autonomía, reto de la última milla, exigencias de procesamiento de los nuevos equipos -small cells-, encaje del network slicing con la neutralidad de la red, etc).

7. Importancia de la I+D para potenciar casos de uso de la tecnología. Es indispensable el papel de los principales jugadores del ecosistema (fabricantes, operadores, centros de investigación y proveedores de servicios) para investigar y colaborar en el desarrollo y desbloqueo de nuevos servicios y aplicaciones.

8. Divulgación de la tecnología y participación de los grupos sociales. El pleno desarrollo de la tecnología dependerá del uso y de las aplicaciones que le den los usuarios. La promoción y divulgación de las nuevas funcionalidades adquiridas por parte de los actores del 5G es esencial, así como la importancia de crear espacios de participación operativa, consultiva y de consenso para evitar el bloqueo de proyectos. El desarrollo de la tecnología debe dar respuesta a las expectativas de la ciudadanía.

9. Conocimiento de los efectos de 5G, en caso de que los hubiere. Existe una preocupación histórica social sobre los riesgos para la salud de los campos electromagnéticos de la red. Es importante saber la verdad mediante la divulgación de los datos científicos disponibles (transparencia), así como el inicio de acciones de concienciación.

10. Datos, privacidad, ética y seguridad digital. Debe trabajarse en impulsar un marco de derechos digitales claro, que garantice la neutralidad de la red y la privacidad y protección de los usuarios y de sus datos. Importancia de garantizar también la ciberseguridad de las soluciones digitales de los proveedores de servicios.

Según los expertos, 5G será revolucionaria. Y las revoluciones tecnológicas son disruptivas. Defendemos que, en esta ocasión, la revolución sea inclusiva para todos. La disparidad de ingresos (income inequality) se ha convertido en uno de los grandes problemas y grandes debates del siglo XXI. Aquí hemos abordado una de las variables a tener en cuenta en el despliegue de 5G y en su efecto en el territorio, sea pueblo o ciudad. Las propuestas del Estudio del Instituto Cerdá que hemos citado no son artículos de fe. Puede haber -hay- otros puntos de vista igualmente válidos. Aún vivimos en una economía de -más o menos- libre mercado y libre empresa. 5G debería también servir para cerrar desigualdades sociales y no para crearlas.

Jorge Díaz Cardiel, socio director general de Advice Strategic Consultants.

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