Publicaciones recientes en Twitter vinculan la banda de frecuencias de los 26 GHz, asociada a la tecnología 5G, con una supuesta mayor mortandad de las personas vacunadas a través, aseguran, del virus de Marburgo, una enfermedad que causa una fiebre hemorrágica grave en humanos. Este virus ha sido noticia en las últimas semanas por un brote en Guinea Ecuatorial, pero, en realidad, estos hechos no tienen relación entre síEn primer lugar, no hay evidencias de que la radiación electromagnética de esa banda de frecuencia suponga impacto alguno en la salud humana. Además, se conocen las vías de transmisión del virus de Marburgo: de murciélagos Rousettus a humanos y entre humanos infectados, nada que ver con el espectro electromagnético. Tampoco hay datos que sustenten una mayor mortandad entre las personas vacunadas.

Uno de los tuits afirma que “la neuromodulación a 26 GHz ha comenzado hoy en España y Estonia”, pero no hay ninguna evidencia científica que relacione los conceptos que aparecen en ese mensaje.

La neuromodulación, por un lado, es un campo de la medicina que engloba las tecnologías —implantables y no implantables, eléctricas, químicas o mecánicas— que buscan un impacto positivo en los sistemas nerviosos de los humanos, según define la Sociedad Internacional de Neuromodulación.

El “Marburg, por otro lado, es una enfermedad vírica grave, provocado por el virus de Marburgo y que causa una fiebre hemorrágica, un tipo de fiebre que afecta a muchos órganos, lesiona los vasos sanguíneos y altera la capacidad del organismo para autorregularse, explica la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.

La banda de frecuencia de los 26 GHz está relacionada con la implantación del 5G, ya que es una de las nuevas frecuencias que emplean esta nueva generación de telefonía móvil, pero esto no supone un problema para la salud. A pesar de que es un tipo de radiación no ionizante —de baja energía, sin capacidad para eliminar un electrón de un átomo o molécula—, debe respetar los límites internacionales de seguridad de radiación.

Además, el 5G está sujeto a controles para que esta frecuencia electromagnética no tenga impacto en la salud humana, como los que hace el Comité Científico Asesor en Radiofrecuencias y Salud o la Comisión Internacional de Protección de Radiación no Ionizante.

Así, no hay ninguna evidencia a día de hoy de que el 5G tenga impacto en la salud humana ni de que tenga relación con el campo de la neuromodulación o con el virus de Marburgo. Con todo y con esto, esta tecnología móvil tiene una menor capacidad de penetración en el cuerpo que las tecnologías anteriores (3G y 4G), precisa a Maldita.es Alberto Nájera, profesor de la Universidad de Castilla-La Mancha y vocal del Comité Científico Asesor en Radiofrecuencias y Salud (CCARS).

Qué son la banda de frecuencia de 26 GHz y los textos legales del tuit que los relaciona con el virus de Marburgo

Uno de los tuits desinformadores, con más de 30.000 visualizaciones y del que se ha hecho eco la cuenta Negacionistas Out Of Context, incluye una imagen compuesta por dos textos legales vinculados al mismo asunto: la banda de frecuencia de, 26 GHz (que de hecho va de los 24,25 a los 27,5 gigahercios).

Simplificando mucho, las ondas electromagnéticas relacionadas con la comunicación —telefonía móvil, televisión, internet— usan diferentes ‘carreteras’ para llegar a los dispositivos y transmitir información. La de 26 GHz es una ‘nueva carretera’, una banda de frecuencia “con más carriles y, por tanto, más capacidad de comunicación, más rápida y estable", afirma Nájera.

La parte superior de la imagen es una captura modificada de un texto legal del Diario Oficial de la Unión Europea, publicado el 16 de mayo de 2019. Dicho texto es una decisión de ejecución de la Comisión Europea donde se detallan las condiciones técnicas para usar la banda de frecuencia de 26 GHz en el territorio de la Unión Europea.

La imagen del tuit incluye varios subrayados en rojo, un logo y una fotografía de la presidenta de la Comisión, Úrsula von der Leyen, junto a la comisaria europea de Innovación, Investigación, Cultura, Educación y Juventud, Mariya Gabriel. Ahora bien, ninguno de estos elementos están en el texto real: son modificaciones añadidas a posteriori.

La parte inferior es una tabla que mezcla datos oficiales y otros falsos (en texto rojo), donde se especifica el número de concesiones de la banda de 26 GHz, el ancho de banda para cada una, la cobertura geográfica y el precio de salida para dichas concesiones. Estas cifras hacen referencia a la subasta del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital de esta banda de frecuencia. Si bien las cifras de la tabla coinciden con las características de la licitación, el importe final de las concesiones no es el mismo. Los datos añadidos en rojo tienen que ver, supuestamente, con la neuromodulación.

Qué es el virus de Marburgo y por qué se habla de él ahora

Como decimos, el virus de Marburgo causa una enfermedad viral grave y que no guarda ninguna relación con la banda de frecuencia de los 26 GHz. Sin embargo, es posible leer sobre ella en medios por un acontecimiento de actualidad: un brote de este virus en Guinea Ecuatorial, según reportó la oficina de la OMS en África el 13 de febrero. La última actualización (21 febrero) apunta que se han reportado un total de nueve casos, todos fallecidos.

Según el organismo de salud, el riesgo del brote de la enfermedad se considera “alto” en este país, “moderado” a nivel regional y “bajo” a nivel global. Además, una persona llegada a España en febrero de 2023 desde dicho país presentaba síntomas compatibles con esta enfermedad, aunque las pruebas de PCR descartaron que tuviera el virus de Marburgo o el del ébola.

El huésped natural del virus de Marburgo es el murciélago de la fruta (Rousettus aegyptiacus), que está presente en diferentes zonas del continente africano, Oriente Medio, Pakistán y el norte de la India. La OMS detalla que, en un principio, la infección humana del virus de Marburgo ocurría en personas que hacían estancias largas en minas o cuevas con colonias de este tipo de murciélagos.

También es posible transmitir el virus entre personas: por contacto directo de la piel lesionada, mucosas con sangre, secreciones, órganos y líquidos corporales de infectados; así como superficies y materiales contaminados con estos líquidos. Incluso en ceremonias funerarias de fallecidos por este virus. Nada de esto tiene que ver con las bandas de frecuencia de 26 GHz ni con la tecnología 5G.