El Comité Científico Asesor en Radiofrecuencias y Salud (CCARS) ha presentado su nuevo Informe sobre Radiofrecuencias y Salud 2019, en el que se recogen, actualizan y analizan las evidencias científicas sobre la materia correspondientes al período comprendido entre Julio de 2016 y Diciembre de 2019, y que pone especial énfasis en el análisis de las publicaciones científicas relacionadas con la tecnología 5G.

En este acto de presentación -celebrado en esta ocasión de forma virtual debido a las limitaciones impuestas por la pandemia del Covid-19-, han participado Javier Lafuente y Francisco Vargas, presidente y director científico respectivamente del CCARS; así como Marta Balenciaga, decana-presidente del Colegio Oficial de Ingenieros de Telecomunicación (COIT)Pilar Aparicio, directora general de Salud Pública, Calidad e Innovación del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social; y María Teresa Arcos, directora general de Telecomunicaciones y Ordenación de los Servicios de Comunicación Audiovisual del  Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital.

5G y Salud

En esta edición del informe se destaca en relación con los sistemas 5G, que “por sí mismos no suponen, desde el punto de vista electromagnético, una diferencia notable con su predecesor, el sistema 4G/LTE”, y se explica que “la mayor diferencia en la interfaz radio se encuentra en técnicas de antena que permitirán mejorar la experiencia de usuario y favorecer nuevos casos de uso y aplicaciones”.

En este sentido, el informe explica en sus conclusiones que “para bandas de frecuencias medias y bajas (700 MHz, y 3,6 GHz) aplican los mismos límites de exposición que aplican a los sistemas de banda ancha móvil tradicional y que vienen marcados por las pautas de la ICNIRP”, y concluye que “lo que realmente supone un reto en 5G es la metodología de medida de la exposición, ya que las particularidades de su interfaz radio hacen que las medidas deban de adaptarse para medir lo más fielmente posible”.

Así las cosas, el informe del CCARS confirma que “el 5G utilizará arquitecturas de radio y de red más eficientes en recursos energéticos y en el uso de señales de niveles más bajos que, junto a la disminución de tamaños de celda, son factores que apuntarían a tener niveles de exposición más bajos cerca de las estaciones base”.

Además, en sus conclusiones detalla que “estas características se acentúan en el caso de los dispositivos IoT con tecnología 5G ya que, aunque se espera un incremento sustancial de los mismos, los dispositivos IoT se comunicarán en intervalos periódicos de tiempo muy pequeños y con cantidades de datos muy limitadas. Por ello, incluso los dispositivos “wereables”, localizados cerca del cuerpo humano, con sus transmisiones de baja potencia y corta duración, implicarán niveles de exposición muy limitados”.

Por otra parte, y en relación con la evaluación de la exposición a los sistemas Wi-Fi en el ámbito escolar, el informe confirma que “la exposición habitual a CEM-RF a la que estan expuestos los escolares a través de Wi-Fi en la escuela es menor que la exposición debida a otras fuentes presentes en las proximidades”.

En otro orden de cosas y en relación con los estudios clínicos y epidemiológicos analizados, el documento defiende que “la evidencia actual de los estudios in vitro, in vivo y epidemiológicos no indican una asociación con el uso del teléfono móvil y el desarrollo de tumores en los órganos y tejidos más expuestos”, y concluye que “de los resultados de la mayoría de los estudios revisados se deduce que no se observa un efecto carcinógeno derivado de la exposición a CEM-RF a los niveles habituales de la población”.

Sobre los efectos de las radiofrecuencias sobre las personas que dicen padecer hipersensibilidad electromagnética (HE), el informe aclara que “la HE no es una enfermedad incluida en la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-OMS) y no existe un protocolo validado y aceptado por la comunidad científica para el diagnóstico y tratamiento de la misma”; y en cualquier caso afirma que “los estudios clínicos controlados confirman que no hay una relación causal entre la exposición a las diversas fuentes de RF y los síntomas de HE”, y que “no hay un efecto atribuible a la exposición experimental en ensayos clínicos con voluntarios que declaran sentir electrosensibilidad”, para concluir que“las nuevas evidencias publicadas siguen confirmando que no se observan efectos adversos para la salud derivados de la exposición a las RF de las antenas de telefonía móvil, transmisión de Radio y TV, sistemas inalámbricos (wifi) utilizados en el trabajo, la escuela o el hogar”, y que “los niveles de exposición observados en los estudios publicados siguen siendo cientos o miles de veces inferiores a los considerados seguros por ICNIRP, OMS, UE y el RD 1066/2001”.

Por último, y en relación con la revisión de los niveles de exposición y las recomendaciones de instituciones y organismos de estandarización, el informe explica que “se han introducido restricciones adicionales para tener en cuenta situaciones en las que las restricciones de ICNIRP (1998) no daban cuenta adecuadamente de los nuevos desarrollos tecnológicos, como aspectos relacionados con las tecnologías 5G”, al tiempo que “se han modificado las restricciones existentes para mejorar la precisión basada en los avances científicos desde 1998, como un conocimiento más preciso sobre la relación entre el promedio espacial de la exposición y el aumento de la temperatura”.

Recomendaciones

En cualquier caso, el informe recoge una serie de recomendaciones entre las que destaca que “como todavía persiste una ligera incertidumbre sobre los efectos a largo plazo, y debido a los largos periodos de latencia de los tumores cerebrales, se deberían realizar estudios de cohortes prospectivos a largo plazo con muestras más amplias y una calidad elevada, especialmente en la evaluación de la exposición individual, con una dosimetría mejorada y precisa en adultos y en la infancia”.

Además, el informe recomienda que “se deberían aumentar los recursos económicos necesarios para investigar en nuestro país los efectos de las RF en la salud, en su dosimetría y en la mejora de la comunicación”, al tiempo que insta a “aumentar la colaboración y coordinación entre las autoridades estatales, autonómicas y locales con los sectores implicados (Industria, compañías operadoras de Telecomunicaciones, Colegios Profesionales, Sociedades científicas, Consumidores, etc.) para que la sociedad conozca y entienda los métodos que se utilizan en la evaluación, gestión y comunicación de los efectos de los CEM y las RF”.

Por otra parte, el CCARS anima a las autoridades competentes y especialmente el Ministerio de Sanidad, a “realizar campañas de información y educación sobre los efectos de los CEM, sus usos, aplicaciones y los sistemas disponibles que garantizan una exposición segura”, destacando que estas actividades informativas deberían “favorecer un uso razonable de las nuevas telecomunicaciones, especialmente durante la infancia y adolescencia, un uso respetuoso con los demás ciudadanos, y un uso seguro

Metodología

La metodología utilizada en el informe prioriza para su inclusión en el proceso de revisión los estudios mejor diseñados y que tienen una elevada calidad metodológica. Este tipo de estudios aportan información objetiva y relevante para establecer directrices y recomendaciones sobre los efectos de los campos electromagnéticos de radiofrecuencia sobre la salud humana.

Los estudios observacionales que obtienen información sobre los supuestos riesgos de las radiofrecuencias (antenas de telefonía móvil y uso del teléfono móvil) mediante encuestas y entrevistas son muy numerosos, y los resultados de los mismos a menudo son subjetivos y parciales, carecen de evaluaciones objetivas de la exposición a los campos electromagnéticos y están sometidos a numerosos sesgos que invalidan sus conclusiones.

Desde su creación, el CCARS ha elaborado numerosa documentación relacionada con las Radiofrecuencias y la Salud, en forma de notas, informes especializados, o documentos de posicionamiento. Entre esta documentación destaca el “Informe sobre Radiofrecuencias y Salud”, publicado con carácter bienal, que se ha convertido en el documento de referencia sobre la materia en España, y es citado con asiduidad por las diferentes instituciones internacionales que analizan este asunto.

Sobre el CCARS

El Comité Científico Asesor en Radiofrecuencias y Salud (CCARS) es una institución independiente, formada por reconocidos expertos en Medicina, Física, Química, Biología, Ingeniería de Telecomunicación, Derecho y otras disciplinas relacionadas, con la misión de aportar elementos de juicio, información y asesoramiento de carácter científico y técnico a las Administraciones públicas y al conjunto de la sociedad en los debates que pudieran generarse sobre cuestiones relativas a las radiofrecuencias y la salud.

Los miembros del Comité han sido elegidos en función de su acreditada experiencia y capacidad profesional sobre la materia, mientras que sus actividades están coordinadas por el Colegio Oficial de Ingenieros de Telecomunicación (COIT).

Documento en PDF: Informe sobre Radiofrecuencias y Salud 2016 - 2019

Más información: Arturo Cuervo / 609-141281 / Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.