Reproducimos, por su interés, un reportaje publicado por la plataforma Verificat en el diario La Vanguardia, que se dedica a verificar el discurso político y el contenido que circula en las redes y a la educación para el consumo crítico de la información, y que ha contado con la participación de Alberto Nájera, director científico del CCARS, y que explica que vircula un vídeo con miles de reproducciones que afirma que utilizar auriculares Bluetooth es perjudicial para la salud porque emiten radiación. El vídeo la compara con la de un microondas, y recomienda usar auriculares con cable por una mayor seguridad, pero es engañoso, ya que cualquier dispositivo electrónico genera campos electromagnéticos, y los auriculares Bluetooth, los teléfonos móviles o los microondas emiten radiación no ionizante, es decir, de baja energía. Las diferentes instituciones científicas la clasifican como no peligrosa.
Cualquier dispositivo que utilice electricidad genera campos electromagnéticos (CEM). Estos campos se generan por corrientes eléctricas, de modo que todo cable o dispositivo conectado a la electricidad los emite. Los datos científicos recogidos durante décadas “no muestran evidencia de efectos dañinos en los niveles de exposición en los que se encuentra el público”, según concluye un folleto informativo de la Institución de Ingeniería y Tecnología (IET), una organización con sede en el Reino Unido que agrupa a ingenieros de todo el mundo.
Es importante distinguir entre dos tipos principales de radiación: la ionizante y la no ionizante. La radiación ionizante, como los rayos X empleados en las radiografías o los rayos gamma, tiene suficiente energía para romper enlaces químicos y dañar células o el ADN, y por ello puede ser peligrosa para la salud. La radiación ultravioleta se considera ionizante, y por ello es importante proteger la piel del sol con ropa y protector solar, tal como han explicado anteriormente en Verificat.
En cambio, la radiación no ionizante, como la que emiten los auriculares Bluetooth, los teléfonos móviles, las redes Wi-Fi o cualquier aparato eléctrico, no tiene suficiente energía para causar estos daños, como también hemos explicado anteriormente. El único efecto biológico que se ha reportado hasta ahora es el calor (informe 1, informe 2), ya que, a niveles muy altos de exposición, podrían llegar a calentar partes del cuerpo humano.
Por ello, la Comisión Internacional de Protección contra Radiaciones No Ionizantes (ICNIRP), un organismo científico independiente con sede en Alemania y colaborador no estatal de la Organización Mundial de la Salud (OMS), establece límites de seguridad internacionales para la exposición a estos campos electromagnéticos.
Un estudio publicado en la revista científica Bioelectromagnetics midió la exposición en hogares con decenas de dispositivos conectados, y concluyó que, incluso en situaciones de uso intensivo, los niveles de exposición se mantenían muy por debajo del límite de seguridad: en ningún caso llegaban al 1% del máximo permitido por la ICNIRP y se ha visto que no son peligrosas.
Auriculares Bluetooth
Los auriculares Bluetooth emiten radiación no ionizante y de muy baja potencia, solo de unos pocos milivatios. Según la OMSy la ICNIRP, la evidencia científica no ha encontrado que estas emisiones de Bluetooth causen daños a la salud humana.
De hecho, usar auriculares Bluetooth en lugar de utilizar el teléfono directamente sobre la oreja es una forma de reducir la exposición a la radiación, por esta menor radiación que tienen respecto a los móviles, según el instituto del cáncer de los Estados Unidos. Esto pasa porque emiten señales de forma intermitente y la exposición que generan es muy inferior a la de un teléfono móvil en la oreja, como demostró un estudio.
“Esta intensidad es extremadamente baja, especialmente en el caso de los dispositivos Bluetooth. De hecho, cuando te alejas solo 5 o 10 metros, ya pierdes la conexión”, explica a Verificat Alberto Nájera, director científico del Comité Científico Asesor en Radiofrecuencias y Salud (CCARS) y profesor en la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM).
El experto lo compara con los aparatos de Wi-Fi, que también “pierden señal cuando te mueves unos metros”. Por todo ello, concluye el experto, hacer el cambio a auriculares con cable “es una medida innecesaria”.
¿Se puede comparar un auricular Bluetooth con un horno microondas?
Comparar un auricular Bluetooth con un horno de microondas es comparar dos aparatos con características muy diferentes. Ambos dispositivos emiten ondas no ionizantes, pero tienen grandes diferencias, tanto en cuanto a la potencia de emisión como a la finalidad y diseño.
“La diferencia de intensidad es enorme: un microondas emite con una potencia hasta un millón de veces superior”, explica Nájera. Su función, de hecho, es hacer vibrar las moléculas de agua lo suficiente para calentar alimentos, que es justo lo que los límites de la ICNIRP pretenden evitar en el caso de los móviles y los auriculares.
Los hornos de microondas se construyen de manera que la radiación electromagnética quede confinada en el interior, con una rejilla de pequeños orificios diseñada específicamente para bloquear la salida de esta radiación. El experto apunta que “este sistema actúa como una jaula de Faraday y hace que no salgan al exterior estas ondas”.
Así lo comprobó otro estudio que midió la radiación de 117 hornos microondas y demostró que en ningún caso se superaba el límite recomendado por la ICNIRP.