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La invención del ‘día mundial sin wifi': ni existe tal día ni estas ondas afectan a nuestra salud

Ni el 8 de noviembre ni en ningún otro momento del año: no es necesario celebrar un día mundial sin wifi para sensibilizar sobre los supuestos perjuicios que supondría este tipo de radiación para el organismo porque el wifi no afecta a nuestra salud. Tras décadas de estudios, no se ha descubierto mecanismo biológico alguno por el que estas redes pudieran hacerlo, y el único efecto biológico que pueden tener las radiaciones electromagnéticas que forman las señales de wifi es que pueden calentar ligeramente los tejidos. Y decimos ‘ligeramente’ porque, en el caso del wifi concretamente y a los niveles a los que estamos expuestos, este posible aumento de temperatura no es en absoluto significativo: recuerda que las redes wifi trabajan muy por debajo de los niveles en los que esos efectos térmicos serían apreciables.

Dormir con el móvil no “hace daño al cuerpo internamente”

¿Eres una de esas personas que se acuesta con el teléfono al lado de la cara o incluso debajo de la almohada? Por la noche debes tener el teléfono lo más alejado posible de ti porque su radiación hace daño a tu cuerpo internamente”. Así comienza un vídeo que la influencer Marina Yers ha subido a su cuenta personal de Instagram y por el que habéis preguntado. En él, Yers afirma que esta ‘radiación’ “hace que los tejidos del organismo se calienten, provocando estrés, ansiedad y, en consecuencia, impidiendo el descanso”. Además añade una serie de posibles patologías derivadas de esta exposición nocturna, como migrañas o tumores en los lugares de mayor presencia de ‘energía’. Sin embargo, como ya explicamos en Maldita.es, no hay evidencias científicas de que dormir con el móvil suponga un problema para la salud

El timo de la cama milagrosa de 40.000€ de Marcos Llorente que promete hacerte más joven

Por su interés, reproducimos un reportaje publicado por el portal Hipertextual, elaborado por Azucena Martín, en el que se desgrana, con la ayuda del CCARS, un timo relacionado con una cama milagrosa de 40.000 € del futbolista Marcos Llorente, que promete hacerte más joven, y todo tipo de beneficios, aunque ninguno cuenta con evidencia científica que lo respalde. Se trata de un sistema de descanso denominado Hogo, y que no es sino una supuesta una cama contra los campos electromagnéticos (CEM), que el futbolista se ha ido llevando de un lugar a otro.

Rebaten las afirmaciones falsas que aseguran que las resonancias magnéticas son un riesgo para los vacunados contra la COVID-19

Está circulando por diferentes redes sociales un artículo sobre la imagen por resonancia magnética (MRI), las vacunas y un supuesto magnetismo inducido. Según la publicación, las resonancias magnéticas “están causando lesiones graves, incluida la parálisis, en pacientes vacunados contra la Covid-19” que, además, “muestran claros signos de tener partículas magnéticas” en su organismo. La hipótesis planteada en el texto es que las supuestas “nanopartículas lipídicas magnetizadas dentro del paciente migran bajo los enormes campos magnéticos utilizados en la resonancia, causando daños equivalentes a múltiples heridas de metralla”. 

Cuatro experimentos que explican por qué los vídeos de personas supuestamente magnéticas tras vacunarse no tienen base científica

Durante las últimas semanas se están moviendo por WhatsApp y redes sociales diferentes vídeos en los que supuestamente vemos, en gente que en teoría ha recibido la vacuna contra la COVID-19, cómo un imán (u otro objeto metálico) se ‘pega’ en la zona del brazo que ha recibido el pinchazo. En estos vídeos se asegura que las vacunas llevan "metales pesados" y que son capaces de transmitir "capacidades magnéticas". Como ya explicamos en Maldita.es, se trata de un bulo.

Alberto Nájera, profesor de Radiología y Medicina Física de la Universidad de Castilla-La Mancha y vocal del Comité Científico Asesor en Radiofrecuencias y Salud (CCARS), es contundente al respecto: “No, una cuchara que se pega en el brazo no demuestra absolutamente nada en relación al electromagnetismo”. Para demostrarlo, ha realizado y grabado cuatro experimentos con imanes y diferentes metales y pequeños objetos. 

No, las vacunas contra la COVID-19 no contienen "metales pesados"

Se están difundiendo vídeos en los que supuestamente vemos que un imán se pega a la zona del brazo donde personas vacunadas contra la Covid-19 han recibido la inyección. En estos vídeos se asegura que las vacunas llevan "metales pesados" o que nos han insertado un "dispositivo rastreador". También circula este contenido publicado en la web Ejército Remanente en el que se dice que la vacuna tiene algún componente magnético. Pero es un bulo, ni las vacunas llevan "metales pesados" ni están compuestas por materiales con propiedades magnéticas. Tampoco es cierto que nos hayan insertado un "dispositivo rastreador". Os lo explicamos.

El 5G no tiene nada que ver con la COVID-19

Nos habéis preguntado por un supuesto estudio internacional que confirmaría una supuesta relación entre la COVID-19 y la exposición a radiación inalámbrica, a raíz de un artículo publicado por la Plataforma Ciudadana para la Investigación Judicial del Sector Eléctrico (QAE). QAE es un grupo de denuncia colectiva contra la tecnología 5G y se hace eco de esta supuesta investigación que, sin embargo, no aparece ni enlazan en el texto. Como ya hemos explicado en Maldita Ciencia, no hay ninguna evidencia científica de que el coronavirus esté causado por la tecnología 5G ni esta empeore una infección por SARS-CoV-2. 

Por qué el 5G no "absorbe el oxígeno allá por donde penetra" y a qué se refiere el BOE con esta afirmación

Nos habéis preguntado por un post de Facebook que dice que "el 5G es una frecuencia que absorbe el oxígeno allá por donde penetra". Para sostener esta afirmación, incluye una captura de pantalla de una disposición general del Boletín Oficial del Estado (BOE), en una de cuyas tablas (Anexo I) se puede leer que "debido a la gran absorción del oxígeno, se reducen los requisitos de planificación de frecuencias en esta banda". La captura del BOE es real (aquí puedes consultar la disposición general completa) pero se refiere a una frecuencia (60 GHz) que no es utilizada por las redes 5G, que serán las de 700MHz, las que ya utiliza la Televisión Digital Terrestre o TDT). 

Por qué no hay evidencias de que las ondas del móvil, del ordenador o del 5G causen problemas en la sangre

En los últimos meses nos habéis preguntado por algunos contenidos que afirman que los móviles, los ordenadores o el 5G causan problemas en la sangre. Pero no hay evidencia científica de que las radiaciones no ionizantes de móviles, antenas y dispositivos electrónicos produzcan un efecto en la sangre (y sobre la salud) en la forma en las que las utilizamos. En Maldita Ciencia también os hemos contado por qué no hay evidencias de que ni los móviles ni el wifi produzcan cáncer ni de que dormir con el móvil cerca sea perjudicial para la salud.

No hay evidencias científicas de que el móvil junto a la cama suponga ningún peligro

Es una duda muy habitual: ¿las radiaciones que emite el móvil mientras dormimos, aun estando en la mesilla o debajo de la almohada, repercuten en la salud? Están muy extendidos los "terribles efectos" que las radiaciones electromagnéticas que este aparato emite ocasionarían, en teoría, de manera directa (y negativa, claro) en nuestra salud. La realidad es que no hay evidencias científicas de que suponga ningún peligro.

Las afirmaciones falsas de un vídeo que asegura que usar el móvil o el ordenador provoca daños en el organismo

La audiencia ha preguntado a Maldita Ciencia por un vídeo en el que un señor llamado Bartomeu Payeras asegura que los móviles y ordenadores tienen efectos perjudiciales en el organismo. El autor del vídeo menciona dos supuestos estudios que demuestran que las radiaciones no ionizantes producen el “efecto Rouleaux” por el que “los glóbulos rojos se apilan”. Según cuenta, “es un indicio de que algo no funciona”. Pero, según los expertos consultados, ninguno de los estudios mencionados es científicamente relevante ni válido. No hay evidencias de que usar el móvil o el ordenador provoque tales efectos perjudiciales en el organismo.