En este estudio, que describe los niveles de exposición ambiental a campos electromagnéticos de los niños europeos a través de dispositivos móviles inalámbricos, se midió la exposición personal ambiental en un total de 529 niños de entre 8 y 18 años años de edad en Dinamarca, los Países Bajos, Eslovenia, Suiza y España, utilizando medidores de exposición portátiles personales por un período de hasta tres días, entre 2014 y 2016. Posteriormente se repitió la submuestra de 28 niños un año después.
Los medidores capturaron 16 bandas de frecuencia cada 4 segundos e incorporaron un GPS; mientras que se utilizaron diarios de actividad y cuestionarios para recopilar la ubicación de los niños, el uso que estos hacían de los dispositivos móviles, y la presencia de fuentes de radiofrecuencia en interiores. Para ello, se definieron seis bandas de frecuencias generales: total, telecomunicaciones inalámbricas mejoradas digitales, antenas de televisión y radio, teléfonos móviles, estaciones base de telefonía móvil y WiFi.
Además, se utilizaron modelos de efectos mixtos ajustados con efectos aleatorios de cada región para estimar asociaciones de hábitos de uso de dispositivos portátiles y fuentes de RF-EMF para interiores con exposición personal. La repetibilidad día a día y año a año de la exposición personal a RF-EMF se calculó mediante correlaciones intraclase.