La Agencia Francesa de Seguridad Sanitaria (Anses) ha estimado como "poco probable" que el despliegue del 5G en la frecuencia de 3,5 GHz presente nuevos riesgos para la salud, aunque para la banda de frecuencia de 26 GHz -que prevé ponerse en marcha en un segundo momento- los datos no son todavía "suficientes" para extraer conclusiones. Anses investigó si la exposición a diferentes frecuencias de radiación electromagnética provoca la aparición de anomalías biológicas y concluyó que en la frecuencia de 3,5 GHz no existe un "aumento significativo de la exposición en la población".
La llamada "banda de 3,5 GHz", que en realidad va de 3,4 a 3,8 gigahercios, se utiliza para la cobertura en grandes áreas geográficas y está atribuida a los cuatro operadores de telefonía móvil (Orange, SFR, Bouygues Telecom y Free) desde finales de 2020.
En un comunicado remitido por el Gobierno francés, que había solicitado esta investigación en 2019 para garantizar la transparencia y el diálogo sobre el despliegue de la 5G, confirmó a la luz de este informe la asignación de frecuencias 5G en la banda de 3,5 GHz.
Según explica la Agencia Efe, en lo que se refiere a la banda de 26 GHz, que aún se encuentra en planificación, Anses explicó que los datos "no son suficientes para concluir si existen o no efectos en la salud" relacionados con la exposición a dicha frecuencia.
Sobre esta última banda, Anses señaló que, según los datos disponibles en este momento, se presagian "niveles de exposición bajos" de las ondas en el cuerpo.
La banda de frecuencia 26 GHz completará la red en los próximos años, especialmente para la comunicación entre objetos conectados, informa el organismo público.
Hasta el momento, los operadores han desplegado 5G en la banda de 700 MHz - 2,1 GHz, que incluye frecuencias utilizadas desde hace varios años por las actuales generaciones de comunicaciones móviles 2G, 3G y 4G.
La principal diferencia de estas con la nueva 5G es la cantidad de datos "mucho mayor" que deberían poder intercambiarse sin congestión de las redes, según Anses.
Esta nueva tecnología pretende favorecer el desarrollo de servicios innovadores y de nuevos usos en varias ámbitos, como la realidad virtual, los transportes, las conexiones urbanas, la industria, la telemedicina y la educación en red, entre otros.