Los cargadores de coches eléctricos de alta potencia son seguros para los pacientes con marcapasos y desfibriladores, según un estudio publicado en la revista EP Europace, de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC), presentado en el congreso científico EHRA 2023, y que es el primer estudio que ha examinado el riesgo de interferencia electromagnética en pacientes con dispositivos electrónicos implantables cardiacos (DEI) durante el uso de cargadores de alta potencia.

Los marcapasos y desfibriladores se utilizan para tratar a pacientes con trastornos del ritmo cardiaco o insuficiencia cardiaca, y se calcula que en 2023 se implantarán entre 1 y 1,4 millones de marcapasos en todo el mundo. Dado que la esperanza de vida media con un marcapasos es de 8,5 años, es probable que el número de personas con un marcapasos en todo el mundo sea de entre 8 y 12 millones. Además, aproximadamente entre 150.000 y 200.000 pacientes de todo el mundo reciben cada año un desfibrilador cardioversor implantable (DCI).

No existen recomendaciones oficiales sobre el uso de cargadores de alta potencia en pacientes con DCI, de manera que se han desarrollado cargadores de alta potencia de hasta 350 kW para reducir el tiempo de carga; mientras que los nuevos cargadores utilizan CC (corriente continua), que permite suministrar una mayor potencia, mientras que los cargadores antiguos o domésticos utilizan CA (corriente alterna).

Algunos pseudoexpertos afirman que con una mayor corriente de carga puede haber un campo magnético más intenso y un mayor riesgo de interferencias electromagnéticas que podrían hacer que un marcapasos dejara de funcionar o que un desfibrilador administrara una terapia de choque dolorosa de forma inadecuada, debido a la detección falsa de una arritmia rápida; sin embargo, no existen recomendaciones oficiales sobre el uso de cargadores de alta potencia en pacientes con DCI.

En este estudio, realizado por científicos de la Universidad Técnica de Múnich, que trabajaron junto al Centro Alemán de Investigación Cardiovascular y el Hospital Wellingtonde Nueva Zelanda, participaron 130 pacientes con marcapasoso desfibrilador, con una edad media de 59 años, y siendo el 21 % mujeres. Durante el estudio se utilizaron cuatro coches eléctricos de venta al público con capacidad de carga de alta potencia, que no pueden soportar la carga máxima de 350 kW. Además, dado que es muy probable que en el futuro los coches eléctricos alcancen la carga máxima, los investigadores también utilizaron un vehículo de prueba que podía extraer 350 kW de los cargadores de alta potencia.

Los participantes tenían sus dispositivos cardíacos programados para optimizar la detección de interferencias electromagnéticas, y se les pidió que enchufaran y cargaran cada coche con el cable de carga colocado directamente sobre su dispositivo cardiaco para maximizar la probabilidad de interferencias electromagnéticas.

Se vigiló a los pacientes para detectar cualquier fallo en el funcionamiento de sus dispositivos cardíacos, tales como la no administración de la terapia de estimulación o la detección inadecuada de ritmos cardíacos anormalmente rápidos. También se comprobó si los dispositivos cardíacos presentaban algún cambio en su programación o daño tras cargarlos.

En total, se realizaron 561 cargas durante las cuales los investigadores no observaron ningún acontecimiento adverso causado por interferencias electromagnéticas. En concreto, no hubo inhibición de la estimulación en los marcapasos ni detección inadecuada de arritmias rápidas que pudieran provocar una dolorosa terapia de choque en los pacientes con desfibriladores.

Según ha explicado el autor del estudio, el Dr. Carsten Lennerz, del Centro Alemán del Corazón de Múnich, "las nuevas estaciones de carga de alta potencia para coches eléctricos tienen el potencial de crear fuertes campos electromagnéticos y causar interferencias electromagnéticas en marcapasos y desfibriladores, provocando su mal funcionamiento", y ha afirmado que "anteriormente investigamos el riesgo de interferencia electromagnética con dispositivos cardiacos durante la conducción de coches eléctricos y descubrimos que el mayor campo electromagnético se localizaba a lo largo del cable de carga".

Según el doctor Lennerz, "este estudio se diseñó como el peor escenario posible para maximizar la posibilidad de interferencias electromagnéticas", y ha continuado afirmando que"no encontramos interferencias electromagnéticas clínicamente relevantes ni fallos de funcionamiento de los dispositivos durante el uso de cargadores de alta potencia, lo que sugiere que no deben imponerse restricciones a su uso en pacientes con dispositivos cardíacos".

El experto añadió que el estudio se centró en la tecnología de carga de alta potencia y no en los cargadores domésticos, de manera que "los cargadores domésticos utilizan una corriente más pequeña, pero la corriente alterna genera un campo magnético diferente al de la corriente continua". En este sentido, ha afirtmado que "la carga doméstica es probablemente segura con precauciones sensatas, como no permanecer junto al cable de carga durante largos periodos de tiempo", al tiempo que defendía que "los pacientes con dispositivos cardiacos pueden estar tranquilos porque la carga de coches eléctricos con cargadores de alta potencia es segura".

Así las cosas, el experto ha advertido que el riesgo de mal funcionamiento de marcapasos y desfibriladores "es extremadamente bajo en esta situación. Sentarse dentro del coche o permanecer de pie junto al cable de carga o el cargador también es seguro. Sin embargo, recomendaríamos no colocar el cable de carga directamente sobre el dispositivo cardíaco para mantener la distancia con los elementos de carga".